En este post voy a hablarte sobre otro oficio de la lista. El oficio que se ocupa de construir la estructura, el sostén del edificio. Y concretamente, sobre la estructura concebida en hormigón armado, que es la más común y generalizada. En otros artículos te hablaré también de las estructuras realizadas con perfiles metálicos y con madera, ejecutadas por empresas y profesionales de otro tipo.
Aunque he titulado «estructuras», me refiero al sentido más amplio, es decir, abarcando desde la cimentación hasta los elementos de remate que se hayan definido en hormigón armado, tales como pérgolas o voladizos.
Es obvia la gran importancia de este oficio y su aportación a la obra de edificación, ya que de su buen hacer depende la estabilidad y consistencia de todo el conjunto. La estructura propiamente dicha, suele estar constituida por pilares (o soportes), vigas (o jácenas) y forjados o losas. Su misión es recoger, soportar y distribuir todas las cargas del edificio para transmitirlas a la cimentación, siendo la misión de esta última, trasladarlas a su vez al terreno de forma que éste sea capaz de admitirlas con una deformación aceptable, garantizando así el equilibrio estático de nuestro edificio. Todo esto es calculado, diseñado y definido convenientemente en el proyecto de ejecución, redactado por los técnicos competentes.
El oficio de estructurista de hormigón armado realiza las cimentaciones llamadas superficiales, mediante elementos como zapatas aisladas o corridas, vigas riostras y losas de cimentación, aunque también ejecuta los muros de contención para sótanos.
Las cimentaciones profundas como las pantallas y los pilotes, son realizadas por empresas especializadas a las que considero como otro oficio independiente. No obstante, en ambos casos suelen requerir apoyo del estructurista de hormigón para complementarse, ya que éste construye las vigas de coronación y los encepados respectivamente.
¿Con qué materiales trabajan los estructuristas?
Los dos materiales fundamentales de incorporación directa por este oficio a la obra son el hormigón y el acero en barras corrugadas para armarlo. En general, los elementos de hormigón armado son una fusión de ambos materiales para aprovechar lo mejor de cada uno: el hormigón es moldeable para adoptar múltiples formas y posee una inmejorable durabilidad y resistencia a la compresión, mientras que para absorber los esfuerzos a tracción se aprovecha la enorme resistencia que caracteriza al acero. Las barras de acero se colocan en el interior de la masa del hormigón, sólo allí donde se necesitan y en la cantidad precisa, quedando protegidas de la corrosión. También se utilizan elementos prefabricados tales como mallazos de acero, viguetas y bovedillas para forjar las superficies horizontales (de ahí su nombre: forjados).
También se emplean otros materiales que no son de incorporación directa. Son aquellos que conforman los encofrados. Para encofrar, se pueden usar moldes metálicos o de madera e incluso se pueden emplear fábricas de ladrillo, interviniendo la albañilería. Para soportar las cargas provisionalmente mientras se hormigona y durante los días en que el hormigón está fraguando se emplean puntales metálicos telescópicos (de longitud regulable).
La puesta en obra de estos materiales la realizan en este oficio dos profesionales: los encofradores y los ferrallistas.
Los primeros se ocupan de componer los moldes o encofrados que darán forma al hormigón y de colocar en obra los elementos prefabricados, si éstos se emplean. Realizan el vertido del hormigón y cuando éste ha fraguado lo suficiente, son los encargados de desencofrar (o desmoldar), retirando los materiales auxiliares.
Los ferrallistas darán forma en taller al «armazón» de los distintos elementos, «tejiendo» la barras de acero de distintos diámetros y amarrándolas con alambre recocido. También se ocupan de su colocación y amarre en los moldes previamente preparados por los encofradores. Cuando los ferrallistas terminan su labor, el tajo queda listo para verter el hormigón (hormigonar).
¿Qué influencia tiene la ejecución de la estructura en el plazo de la obra?
El período de tiempo en el que se ejecuta la estructura generalmente es decisivo en el plazo total de la obra. Es una actividad crítica. Esto quiere decir que cualquier aumento de plazo en la misma, repercute directamente en un aumento del plazo total de la obra. Esto es debido a que por sus características, generalmente no se puede simultanear con otras tareas. No se puede comenzar hasta que la cimentación no ha sido realizada (al menos en buena parte) y las tareas que la suceden dependen de su terminación:
La cubierta: no se puede impermeabilizar hasta que el forjado superior no ha sido construido.
La albañilería: el replanteo de las fachadas requiere que esté materializado el perímetro de todas las plantas. Las particiones interiores no son viables mientras los puntales están colocados y la estructura no ha entrado en carga (y acusa su primera deformación).
Las instalaciones: no tienen aún techos libres de los que colgarse.
Las empresas especializadas en este oficio suelen realizar una fuerte inversión económica, sobre todo en materiales de encofrado. Consiguen altos rendimientos y excelentes resultados, gracias a su experiencia, amortizando así dicha inversión. Si el proyecto de tu hogar a medida es de nueva planta o es una reforma con una gran incidencia sobre la estructura, será necesario contar con este oficio para llevarlo a cabo con éxito.
Para ello, no dejes de contar con mi asesoramiento. 😉
Saludos.
me ha gustado la claridad y sencillez como defines algo tan esencial como son las estructuras,que para mi son el alma de las obras. un saludo
Gracias Paco.
Saludos.