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Los precios contradictorios

No hay obra que se precie, que no registre durante su ejecución alguna modificación, algún imprevisto, alguna circunstancia que obligue a replantearse cualquier aspecto de la misma. Puede tratarse de algún detalle menor o de una parte relevante y significativa del conjunto. No hay proyecto, por mucho empeño que se ponga en él, que sea capaz de eliminar esta circunstancia. Aunque eso sí: cuanto mejor se trabajen el proyecto y todos los pasos previos a la ejecución de la obra, menos incidencias se producirán y éstas se podrán gestionar mejor.

A estas incidencias se les suele llamar «precios contradictorios» aunque en realidad son «expedientes contradictorios» (según define la Ley de contratos de las administraciones públicas). Estamos hablando de circunstancias no contempladas en el proyecto (de ahí el adjetivo «contradictorio») y que lógicamente tienen una repercusión en el presupuesto como parte del mismo.

Pero concretando, las principales causas que suelen motivar estas modificaciones en las obras son:

  • Nuevas necesidades no previstas.
  • Cambio de materiales.
  • Indefiniciones del proyecto.
  • Variaciones de medición.
  • Circunstancias de nueva aparición.
  • Problemas ocultos hasta ser revelados en la ejecución.
Lo más importante es detectar estas causas con la suficiente antelación, para así preparar los precios contradictorios en toda su amplitud, sin dejar nada atrás. También es importante ver las diferentes alternativas que puedan resolver la cuestión planteada para ser negociada con el contratista antes de su ejecución. En este aspecto, cabe resaltar que todos los precios elementales que existan en el proyecto, sirven de base para componer los nuevos precios que surjan, siempre que sean de aplicación. De ahí la importancia del trabajo previo del que te hablaba en el capítulo «tu presupuesto objetivo». Así, sólo habrá que negociar y acordar los precios de los conceptos que aparezcan nuevos.

Los precios contradictorios hay que verlos como una mejora o una adaptación a las circunstancias, pudiendo englobar cambios gráficos (en planos), fichas écnicas, nueva/s unidad/es de obra (incluyendo las 5 claves de las que ya te he hablado) y /o cambios de medición. No obstante, la variación económica final puede ser de incremento, disminución e incluso nula. Por ello, cuando se comienza una obra, hay que estar concienciado de que los cambios van a ser inevitables. Así evitaremos frustarnos y los gestionaremos mejor.

Al final, nuestro proyecto inicial más la sucesión de los distintos expedientes contradictorios que aparezcan, configurarán el reflejo de nuestra obra realmente construida, conocido en la jerga del gremio como «proyecto as built». Este proyecto es la base principal de lo que será «el libro del edificio» del que te hablaré en otro capítulo.

Espero que lo que te he contado aquí te haya parecido interesante y si te ha sido de utilidad, mejor todavía.

 

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Saludos.

Muestras de materiales y otros elementos. ¿A pie de obra?

Cuando los trabajos ya se han iniciado en tu obra, una de las primeras inquietudes que puedes tener consiste en pensar si los materiales que llegan son los adecuados.

En general coloreshablo de cualquier tipo de material o instalación necesarios (hormigones, aceros, morteros, aislamientos, etc.) aunque es normal que te preocupen más aquéllos que terminarán quedando a la vista o realizando funciones de primer orden (revestimientos decorativos, suelos, griferías, carpinterías, color de pinturas, etc.).

Todo queda bastante simplificado si los pasos previos han sido los correctos. Es así para la Sigue leyendo