Maquinaria, Demoliciones Y Movimiento de tierras.

Este es el oficio dentro del mundo de la edificación que suele intervenir en primer lugar.

Los primeros trabajos que se ponen en marcha en la obra están relacionados habitualmente con las demoliciones y/o el movimiento de tierras.

Voy a hablarte de estos trabajos de manera agrupada, porque hay empresas que se dedican a ellos de manera conjunta. Sin embargo, es muy habitual también que haya empresas sólo dedicadas a las demoliciones y empresas cuya actividad exclusiva sea el movimiento de tierras. Ambas tienen un importante nexo común: el empleo de maquinaria pesada y camiones de transporte, lo cual requiere de una fuerte inversión inicial.

Demoler edificios enteros o parte ellos es un trabajo previo que puede resultar necesario tanto cuando vamos a realizar una construcción de nueva planta como cuando lo que pretendemos es hacer una reforma parcial o integral. A veces, suele ser una actividad imprevista que surge como consecuencia del hallazgo de restos de construcciones o instalaciones antiguas que se encuentran soterradas en el solar de la obra.

La demolición de un edificio completo es un trabajo altamente especializado y conviene que el sistema a emplear sea estudiado con detenimiento. Existen muchos condicionantes que pueden influir en cómo acometer el trabajo:

  • ubicación
  • edificios adyacentes
  • tipo de cimentación y estructura
  • maquinaria disponible
  • recuperación de materiales…
  • …y un largo etcétera.

En función de ellos, podemos optar por un desmantelamiento a mano (en orden inverso al de construcción), o hasta por una demolición controlada con explosivos.

La forma de medir y valorar estos trabajos suele ser por el volumen aparente del edificio a demoler.

En las reformas y rehabilitaciones, resulta muy conveniente contar una comparación entre el estado actual del edificio y la nueva configuración que le vamos a dar. Esto nos permitirá definir muy bien los trabajos de demolición que hay que hacer, ciñéndolos a la mínima expresión posible. Con esto evitamos problemas y demoras.

Es de destacar el tratamiento específico que requiere el desmontaje de elementos antiguos de fibrocemento.

La forma de medir y valorar este tipo de demolición más pormenorizada va en función de cada partida o unidad de obra, predominando el volumen y la superficie.

Por último, puede ocurrir que durante la realización de excavaciones, aparezcan elementos enterrados tales como cimientos de anteriores edificios o de algún edificio vecino, colectores de saneamiento o tuberías de instalaciones en desuso, por ejemplo. Esta circunstancia habrá que resolverla como un imprevisto, coordinando el movimiento de tierras inicial con las demoliciones que se requieran.

La falta de información previa sobre los elementos a demoler, hace que normalmente se valoren estos trabajos en función del tiempo empleado para realizarlos.

En todos los casos aparece un aspecto inherente a esta actividad: el transporte y tratamiento de los residuos de manera sostenible. Este aspecto ha tomado cada vez más relevancia y los ayuntamientos obligan a que se detalle de manera específica el destino que tendrán los residuos que salgan de nuestra obra. Suele ser necesario constituir una fianza para asegurar el cumplimiento de este requisito.

Cualquier proyecto de obra mayor requiere de un plan de gestión de residuos que asegure la premisa de las tres «R»: Reducir, Reutilizar o Reciclar. Si ninguna de ellas fuera posible, queda en último extremo la valorización y la eliminación.

El transporte y gestión de los residuos suele medirse y valorarse en volumen (m3) y en peso (Tm).

El movimiento de tierras en edificación está relacionado con varias fases de la obra. Puede ser necesario en una fase preliminar en la que haga falta acondicionar el solar. Posteriormente, asociado a las cimentaciones o en otra fase, asociado también a las instalaciones.

¿Qué es acondicionar el solar?

Consiste en transformar la superficie del terreno existente en otra más idónea para construir nuestro edificio. Por ejemplo, podríamos tener inicialmente un terreno con una acusada pendiente inadecuada para nuestra obra. Adecuar esa pendiente a nuestra convenencia o incluso dejar el solar totalmente horizontal sería acondicionar el solar. En este trabajo preliminar, predominan la excavación a cielo abierto, el terraplenado y la compactación.

Con el terreno previamente acondicionado (o no), el movimiento de tierras se hace necesario para alojar los elementos soterrados que se hayan diseñado en nuestro proyecto: cimientos, sótanos, muros de contención, etc. Esto se consigue mediante el vaciado, la excavación de zanjas y pozos, y sus rellenos posteriores; con la correspondiente compactación.

Y mientras se ejecuta la cimentación o incluso en momentos posteriores, el movimiento de tierras permite construir bajo el suelo aquéllas instalaciones que lo requieran: saneamiento, colectores de agua, redes de audiovisuales, acometidas, etc., todo ello mediante zanjas y pozos adecuados a cada necesidad.

Como te decía al principio, todo esto se realiza con máquinas tales como palas excavadoras, dragalinas, minicargadoras, palas cargadoras, retroexcavadoras, zanjadoras, compactadoras y camiones de diversos tipos y tamaños.

El movimiento de tierras se mide y valora generalmente considerando el volumen que se excava o rellena antes de ser excavado (perfil natural) o después de ser compactado, respectivamente.

En definitiva, debes tener en cuenta este oficio si en tu obra necesitas realizar alguno de los trabajos enumerados. Conocer su esencia es clave para poder incluirlo y coordinarlo de la manera más efectiva posible.

Ya sabes que puedes contar con mi ayuda para esta y otras cuestiones relacionadas con la obra que tienes en mente. Te agradecería que compartieras este artículo si lo has considerado de interés.

Empresas de este oficio que colaboran con www.hogaramedida.es

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